Mi afición a estudiar a Federico García Lorca, me hace abrir una sección de apuntes sobre sobre todo lo Lorquiano. Escuchar entrevistas, leer libros, visitar lugares, etc. Trataré en éstos apuntes de anotar todo de una manera objetiva. Si quereis una lectura sobre mi opinión personal, sobre mis conclusiones y mis negociaciones, podéis encontarla en mi Blog personal.
Hoy me toca aprender de Luis García Montero en una entrevista que le hace, en RNE sobre su libro, «Un lector llamado Federico García Lorca»
Transcribo palabras de Luis García Montero:
Me he acercado a los libros que leyó Federico García Lorca para entender mejor los motivos de su escritura y el equipaje de su formación literaria. Desde que oyó por primera vez a su madre leer en alto a Victor Hugo, hasta que encontró una voz sazonada con las Suites y el Poema del cante jondo, el joven escritor fue buscándose, preguntándose por sus palabras como un modo de entender su propia identidad, las relaciones de su yo con el mundo en el que vivía.
Como es lógico los libros y los autores que fue habitando, le ayudaron a situar los conflictos de su intimidad. Junto al azar de lo que cae en las manos por obra de los amigos y de la época. La búsqueda precisa de una literatura tiene que ver con la intimidad. Esa parte de la historia encarnada en los secretos de un yo. La homosexualidad con su condición inevitable y los sentimientos de culpa lógicos en una sociedad represiva, fue un factor clave en la formacion de Federico García Lorca.
Así empieza «Un lector llamado Federico García Lorca», escrito por Luis García Montero.
Desterrando Ideas sobre Federico García Lorca
Comienza por señalar que es preciso desterrar una creencia sobre Federico. La de que se dice que era un escritor inculto, como se ha dicho en numerosas ocasiones. Federico aunque fuera mal estudiante, era muy culto, su biblioteca, sus entrevistas, su epistolario, el recuerdo de sus amigos, es el reflejo de ello. Su biblioteca llena de libros subrayados y anotaciones hechas por el sobre libros demuestra que era un lector muy voraz y que sabía perfectamente lo que hacía y cómo actuaba.
Lector versus leedor
Luis G.M. se basa en la definición de lector frente a leedor que ofrece según Pedro Salinas. Un lector es persona que habita los libros y negocia su propia identidad con ellos, busca una formación en sus páginas. Mientras que un leedor pasa por los libros de una manera poco profunda, que busca una información determinada en ellos.
Algunas lecturas de Federico García Lorca
La lectura es algo muy presente en Federico, desde que con su madre descubre la lectura, Victor Hugo y sus poesías, hasta que en la biblioteca de la residencia de estudiantes se empapase de clásicos: Platón, Safo, y lecturas de Willian Sakespeare, etc. Góngora, Rubén Darío, de la mano de sus amigos.
En su biblioteca encontramos libros subrayados y anotaciones en libros de Unamuno, Oscar Wilde. etc. Mantenía la convicción de que el teatro tenía al mismo tiempo que escribirse para el pueblo sin perder la calidad literaria.(Algo parecido encontramos en el Quijote, al final de la primera parte en la conversación del cura y el canónigo).
Hay un dato importante:
Federico mantenía otra convicción. Aunque quería ser moderno e innovador, y él lo era, sabía que tenía que respetar y conocer lo tradicional. Por ello huía del sectarismo literario. Eso sólo lo podía conseguir leyendo clásicos. Federico decia era más partidario de la personalidad que de la ingenua idea de la originalidad, creyendo que el mundo puede inventarse de la nada. Por ello él no negaba leer a los autores clásicos y reconocerlos en su personalidad.
Góngora, Rubén Darío, Antonio Machado, Quevedo, Lope de Vega, son autores que se pueden entrever y entreleer en su escritura. A modo de ejemplo Luis G. Montero pone el llamado el 4º cuadro que llamamos El pastor bobo. Donde no tiene dudas de que tiene que ver con auto sacramental, el Gran Teatro del mundo. El pastor, reparte caracteres y misiones en la vida cuando aparece con una carro lleno de caretas que va a repartir.
Garcilaso, San Juan de la Cruz, Espronceda, se dejan entrever en Poeta en Nueva York, su libro más vanguardista.
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