Inauguración de la Biblioteca de Fuente Vaqueros. Federico deja escrito las palabras que va a utilizar como invitado a inaugurarla. En tiempos que corren hoy con el mundo a punto de digitalizarse, con el hecho de la muerte de los libros físicos, escribo este post. La finalidad es pensar y conocer lo que un poeta rebosante de humanidad, reflexionó en silencio, y nos dejó escrito para que posiblemente HOY, pensemos en esto. Los libros desaparecen en su medio físico para llegar a otro canal de difusión, el digital.

Pero pensemos…

¿Podemos dejar perder la belleza que nos proporcionan en los sentidos sólo para el recuerdo, o sólo para de nuevo los poderosos, o los amantes del arte?…. Por Dios!!!!! No privemos a nuestros hijos el privilegio de tener entre las manos un libro.

Bibliotecas, la gran maravilla del ser humano, no importa que sean pequeñas en casa, o grandes en los Centros. Vida a las Bibliotecas.

Es de necesidad leer a Lorca no sólo en sus obras si no también en sus cartas y conferencias, pues de ellas sacamos el verdadero sentido de sus anhelos y preocupaciones.

En este escrito Lorca se preocupa por algo que hace 100 años empezaba a llegar a los pueblos de España, y hoy estamos dejando morir con el mundo digital. Pensemos.

Este escrito con el que Lorca inaugura la Biblioteca de su pueblo natal, Fuente Vaqueros, está recogido completo en esta edición que nombro a continuación.

Calle del Poeta en Fuente Vaqueros

Dime qué lees y te diré quién eres.

Medellín, octubre de 2007

ISBN: 978-958-44-2121-0

Edita:CONFIAR Cooperativa Financiera

Yo os pongo algunas partes del texto, pero si te interesa entero, no dudes en comprar el libro. Puedo compartir algún trozo más extenso por privado, pero no completo. Ponte en contacto conmigo. Con el fin de conocer al Dramaturgo Federico García Lorca.

Queridos paisanos y amigos:

Antes de nada yo debo deciros que no hablo sino que leo, y no hablo, porque lo mismo le pasaba a Galdós y, en general, a todos los poetas y escritores nos pasa, estamos acostumbrados a decir las cosas pronto y de una manera exacta, y parece que la oratoria es un género en el cual las ideas se diluyen tanto que sólo queda una música agradable, pero lo demás se lo lleva el viento. Siempre todas mis conferencias son leídas, lo cual indica mucho más trabajo que hablar, pero al fin y al cabo la expresión es mucho más duradera porque queda escrita y mucho más firme puesto que puede servir la enseñanza a las gentes que no oyen o no están presentes aquí.

…Después de esta introducción, describe el pueblo, sus gentes, y he dejado este párrafo, que me encanta pues a todo aquel que haya estado allí, le parecerá que después de tantos años, se respire la cultura y la modernidad. Por otro lado, el común denominador del Romancero Gitano, LA PENA, está descrita en este mismo y nos abre la puerta al entendimiento de esa pena Universal:

Fuente Vaqueros

…los habitantes de este pueblo tienen sentimientos artísticos nativos bien palpables en las personas que han nacido de él. Sentimiento artístico y sentido de la alegría que es tanto como decir sentido de la vida. Muchas veces he observado que, al entrar en este pueblo, hay como un clamor, un estremecimiento que mana de la parte más íntima de él. Un clamor, un ritmo que es afán social y comprensión humana. Yo he recorrido cientos y cientos de pueblecitos como éste, y he podido estudiar en ellos una melancolía que nace no solamente de la pobreza, sino también de la desesperanza y de la incultura. Los pueblos que viven solamente apagados a la tierra tienen únicamente un sentimiento terrible de la muerte sin que haya nada que eleve hacia días claros de risa y auténtica paz social. Fuente Vaqueros tiene ganado eso. Aquí hay un anhelo de alegría o sea de progreso o sea de vida. Y, por lo tanto, afán artístico, amor a la belleza y a la cultura.

Yo he visto a muchos hombres de otros campos volver del trabajo a sus hogares, y llenos de cansancio, se han sentado quietos, como estatuas, a esperar otro día y otro y otro, con el mismo ritmo, sin que por su alma cruce un anhelo de saber. Hombres esclavos de la muerte sin haber vislumbrado siquiera las luces y la hermosura a que llega el espíritu humano. Porque en el mundo no hay más que vida y muerte y existen millones de hombres: que hablan, miran, comen, pero están muertos. Más muertos que las piedras y más muertos que los verdaderos muertos que duermen su sueño bajo la tierra, porque tienen un alma muerta. Muerta como un molino que no muele, muerta porque no tiene amor, ni un germen de idea, ni una fe, ni un ansia de liberación, imprescindible en todos los hombres para poderse llamar así. Este es uno de los problemas, queridos amigos míos, que más me preocupan en el presente momento. Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamente que las personas que él quiere no se encuentren allí. Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento, de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tienen medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros muchos libros los que necesita, ¿y dónde están esos libros?¡Libros!, ¡libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: Amor, amor, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras.

Cuando el insigne escritor ruso Fiódor Dostoyevski, padre de la Revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: “enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!”. Tenía frío y no pedía agua, pedía libros, es decir horizontes, es decir, escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: Cultura. Cultura, porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Y no olvidéis que lo primero de todo es la luz. Que es la luz obrando sobre unos cuantos individuos lo que hace que los pueblos vivan y se engrandezcan a cambio de las ideas que nacen en unas cuantas cabezas privilegiadas, llenas de un amor superior hacia los demás. ¡Por eso no sabéis qué alegría tan grande me produce el poder inaugurar la biblioteca pública de Fuente Vaqueros! Una biblioteca, que es una reunión de libros agrupados y seleccionados, que es una voz contra la ignorancia; una luz perenne contra la oscuridad.

En los siguientes párrafos habla extensamente de la importancia de los libros, y del regalo que hacen los buenos escritores al mundo. Y la historia, desde luego con una narrativa bellísima y emotiva, como suele escribir. De estos párrafos extraigo unas frases, pues aunque me parece importante todo o que dice, he de seleccionar basándome en aquello que bajo mi experiencia nos da luz y pistas en la comprensión de la obra de Lorca:

Casa Natal

….

…Ya lo dijo el sagacísimo Voltaire: todo el mundo civilizado se gobierna por unos cuantos libros: la Biblia, el Corán, las obras de Confucio y de Zoroastro. Y el alma y el cuerpo, la salud, la libertad y la hacienda se supeditan y dependen de aquellas grandes obras. Y yo añado: todo viene de los libros. La revolución Francesa sale de la Enciclopedia y de los libros de Rousseau, y todos los movimientos actuales, societarios, comunistas y socialistas arrancan de un gran libro: de El Capital, de Carlos Marx. Pero antes de que el hombre pudiese construir libros para difundirlos, ¡qué drama tan largo y qué lucha ha tenido que sostener! Los primeros hombre hicieron libros de piedra, es decir, escribieron los signos de sus religiones sobre las montañas. No teniendo otro modo, grabaron en las rocas sus anhelos con esta ansia de inmortalidad, de sobrevivir, que es lo que diferencia al humano de la bestia. Luego emplearon los metales. Aarón, sacerdote milenario de los hebreos, hermano de Moisés, llevaba una tabla de oro sobre el pecho con inscripciones, y las obras del poeta griego primitivo Hesíodo, que vio a las nueve musas bailar sobre las cumbres del monte Helicón, se escribieron sobre láminas de plomo. Más tarde, los caldeos y los asirios ya escribieron sus códices y los hechos de su historia sobre ladrillos, pasando, sobre éstos, un punzón antes de que se secasen. Y tuvieron grandes bibliotecas de tablas de arcilla, porque ya eran pueblos adelantados, estupendos astrónomos, los primero que hicieron altas torres y se dedicaron al estudio de la bóveda celeste.

Los egipcios, además de escribir en las puertas de sus prodigiosos templos, escribieron sobre unas largas tiras vegetales llamadas papiros, que enrollaban. Aquí empieza el libro propiamente dicho.

Sigue la conferencia...

…. no olvidar que entre hecho y hecho hay muchos siglos; pero el hombre sigue luchando con las uñas, con los ojos, con la sangre, por eternizar, por difundir, por fijar el pensamiento y la belleza.

Sigue la conferencia y dice…..

Es la humanidad entera la que les empujaba misteriosamente por detrás. Entonces, una vez ya con pergamino, se hace la gran biblioteca de Pérgamo, verdadero foco de luz en la cultura clásica. Y se escriben los grandes códices. Diodoro de Sicilia dice que los libros sagrados de los persas ocupaban en pergaminos nada menos que mil doscientas pieles de buey. Toda Roma escribía en pergaminos. Todas las obras de los grandes poetas latinos, modelos eternos de profundidad, perfección y hermosura, están escritas sobre pergamino. Sobre pergamino sobre pergaminos brotó el arrebatado lirismo de Virgilio y sobre la misma piel amarillenta brillan las luces densas de las espléndida palabra del español Séneca.

En los siguientes párrafos habla de la historia ya del papel, su origen, y cómo llega hasta nosotros, es interesante absolutamente todo, y os extraigo alguna parte de la conferencia:

Pero llegamos al papel. Desde la más remota antigüedad del papel se conocía en China. Se fabricaba con arroz. La difusión del papel marca un paso gigantesco en la historia del mundo. Se puede fijar el día exacto en que el papel chino penetró en Occidente para bien de la civilización. El día glorioso que llegó fue el 7 de julio del año 75 de la era cristiana. Los historiadores árabes y los chinos están conformes en esto. Ocurrió que los árabes, luchando con los chinos en Carea, lograron traspasar la frontera del Celeste Imperio y consiguieron hacerles muchos prisioneros. Algunos prisioneros de éstos tenían por oficio hacer papel y enseñaron su secreto a los árabes. Estos prisioneros fueron llevados a Samarcanda, donde ejercieron su oficio bajo el reinado del suntán Harun al – Rachid, el prodigioso personaje que puebla los cuentos de Las mil y una noches.

Y así como las colecciones de rollos de papiros o de pergaminos pertenecieron a los templos o a las colecciones reales, los manuscritos en papel ya tuvieron más difusión, aunque naturalmente entre las altas clases privilegiadas.

Después la conferencia torna a la necesidad imperiosa del ser humano, la sed del saber y la necesidad de dejar escrito para futuros hombres lo aprendido:

Pero el hombre pedía más. La humanidad empujaba misteriosamente a unos cuantos hombres para que abrieran con sus hachas de luz el bosque tupidísimo de la ignorancia. Los libros, que tenían que ser para todos, eran por las circunstancias objetos de lujo, y, sin embargo, son objetivos de la primera necesidad..

…Se dice que el dolor de saber abre las puertas más difíciles, y es verdad. Esta ansia confusa de los hombres movió dos o tras a hacer sus estudios, sus ensayos, y así apareció en el siglo XV, en Maguncio de Alemania, la primera imprenta del mundo. Varios hombres se disputan invención, pero fue Gutenberg el que la llevó a cabo. Se le ocurrió fundir en plomo las letras y estamparlas, pudiendo así reproducir infinitos ejemplares de un libro. ¡Qué cosa más sencilla! ¡Qué cosa más difícil! Han pasado siglos y siglos, y sin embargo no había urgido esta idea en la mente del hombre. Todaslas claves de los secretos están en nuestras manos, nos rodean constantemente pero sin embargo, ¡qué enorme dificultad para abrir las puertecitas donde viven ocultos! En las materias de la naturaleza se encuentran, sin duda, los lenitivos de muchas enfermedades incurables, ¿pero qué combinación es la precisa, la necesaria, para que el milagro se opera? Pocas veces en la historia del mundo hay un hecho más importante que éste de la invención de la imprenta. De mucho más alcance que los otros dos grandes hechos de la época: la invención de la pólvora y el descubrimiento de América. Porque si la pólvora acaba con el feudalismo y da motiva a los grandes ejércitos y a la formación de fuertes nacionalidades antes fraccionadas por la nobleza, y el nacimiento de América da lugar a un desplazamiento de la historia, a una nueva vida y termina con un milenario secreto geográfico, la imprenta va a causar una revolución en las almas tan grande que las sociedades han de temblar hasta sus cimientos. Y sin embargo ¡con qué silencio y qué tímidamente nace! Mientras la pólvora hacía estallar sus rosas de fuego por los campos, y el Atlántico se llena-ba de barcos que con las velas henchidas por el viento iban y venían cargados de oro y materiales preciosos, calladamente en la ciudad de Amberes, Cristóbal Plantino establece la imprenta y la librería más importante del mundo, y ¡por fin!, hace los primeros libros baratos.

Entonces los libros antiguos, de los que quedaban uno o dos o tres ejemplares de cada uno, se agolpan en las puertas de las imprentas y en las puertas de las casas de los sabios pidiendo a gritos ser editados, ser traducidos, ser expandidos por toda la superficie de la tierra. Este es el gran momento del mundo. Es el Renacimiento. Es el alba gloriosa de las culturas modernas con las cuales vivimos. Muchos siglos antes de esto que cuento, después de la caída del Imperio romano, de la invasiones bárbaras y el triunfo del cristianismo, tuvo el libro su momento más terrible de peligro. Fueron arrasadas las bibliotecas y esparcidos los libros.

Toda la ciencia filosófica y la poesía de los antiguos es-tuvieron a punto de desaparecer. Los poemas homéricos, las obras de platón, todo el pensamiento griego, luz de Europa, la poesía latina, el Derecho de Roma, todo, absolutamente todo. Gracias a los cuidados de los monjes no se rompió el hilo. Los monasterios antiguos salvaron a la humanidad. Toda la cultura y el saber se refugió en los claustros donde unos hombres sabios y sencillos sin ningún fanatismo ni intransigencia (la intransigencia es mucho más moderna), custodiaron y estudiaron las grandes obras imprescindibles para el hombre. Y no solamente hacían esto, sino que estudiaron los idiomas antiguos para entenderlos y así se da el caso de que un filósofo pagano como Aristóteles influya decisivamente en la filosofía católica.

… empezó a soplar el aire puro del Renacimiento italiano y las bibliotecas se levantan por todas partes. Se desentierran las estatuas de los antiguos dioses, se apuntalan los bellísimos templos de mármol. Se abren academias como la que Cosme de Medicis fundó en Florencia para estudiar las obras del filósofo Platón, y en fin el gran papa Nicolás V envió comisionistas a todas las partes del mundo para que adquirieran libros y pagaba espléndidamente a sus traductores. Pero con ser esto magnífico, el paso grande lo daba el editor Cristóbal Plantino en Amberes. Era de aquella casita con su patiecillo cubierto de hiedras y sus ventanas de cristales emplomados, de donde salía la luz para todos con el libro barato y donde se urdía una gran ofensiva contra la ignorancia que hay que continuar con verdadero calor, porque todavía la ignorancia es terrible y ya sabemos que donde hay ignorancia es muy fácil confundir el mal con el bien y la verdad con la mentira. ..

Mi viaje a Granada. Rosa de la casa Federico de Valderubio

Sigue describiendo la historia con su dificultad y su expresión hasta nuestros días, durante la siguiente parte hasta llegar a nuestro momento actual….

…El siglo XVIII llega a la maravilla en hacer libros bellos. Las obras se editan llenas de grabados y aguafuertes, y con un cuidado y un amor tan grandes por el libro que todavía a los hombres del siglo XX, a pesar de los adelantos enormes, no hemos podido superar.

El libro deja de ser un objeto de cultura de unos pocos para convertirse en un tremendo factor social. Los efectos no se dejan sentir. A pesar de persecuciones y de servir muchas veces de pasto a las llamas, surge la Revolución Francesa, primera obra social de los libros. Porque contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellos; porque podéis hacer desaparecer una obra, pero no podéis cortar las cabezas que han aprendido de ella porque son miles, y si son pocas ignoráis dónde están.

Los libros han sido perseguidos por toda clase de Estados y por toda clase de religiones, pero esto no significa nada en comparación de lo que han sido amados. Porque si un príncipe oriental fanático quema la biblioteca de Alejandría, en cambio Alejandro de Macedonia manda construir una caja riquísima de esmaltes y pedrerías para conservar la Ilíada, de Homero; y los árabes cordobeses fabrican la maravilla del Mirahb de su mezquita para guardar en él un Corán que había pertenecido al califa Omar.

Por último concluye con la idea de las bibliotecas y su finalidad, y en concreto la Biblioteca de Fuente Vaqueros…

Y pese a quien pese, las bibliotecas inundan el mundo y las vemos hasta en las calles y al aire libre de los jardines de las ciudades. Cada día que pasa las múltiples casas editoriales se esfuerzan en bajar los precios, y hoy ya está el libro al alcance de todos en ese gran libro diario que es la prensa, en ese libro abierto de dos o tres hojas que llega oloroso a inquietud y a tinta mojada, en ese oído que oye los hechos de todas las naciones con imparcialidad absoluta, en los miles de periódicos, verdaderos latidos del corazón unánime del mundo. Por primera vez en su corta historia tiene este pueblo un principio de biblioteca.

Lo importante es poner la primera piedra porque yo y todos ayudaremos para que se levante el edificio. Es un hecho importante que me llena de regocijo y me honra que sea mi voz la que se levante aquí en el momento de su inauguración, porque mi familia ha cooperado extraordinariamente a la cultura vuestra. Mi madre, como todos sabéis, ha enseñado a mucha gente de este pueblo, porque vino aquí para enseñar, y yo recuerdo de niño haberla oído leer en alta voz para ser escuchada por muchos.

Mis abuelos sirvieron a este pueblo con verdadero espíritu y hasta muchas de las músicas y canciones que habéis cantado han sido compuestas por algún viejo poeta de mi familia. Por eso yo me siento lleno de satisfacción en este instante y me dirijo a los que tiene fortuna pidiéndoles que ayuden en esta obra, que den dinero para comprar libros como es su obligación, como es su deber. Y a los que no tienen medios, que acudan a leer, que acudan a cultivar sus inteligencias como único medio de liberación económica y social.

… yo mandaré los libros que he escrito y los de mis amigos. Libros de todas las tendencias y de todas las ideas. Lo mismo las obras divinas, iluminadas, de los místicos y los santos, que las obras encendidas de los revolucionarios y hombres de acción. Que se enfrenten al Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, obra cumbre de la poesía española, con las obras de Tolstói; que se miren frente a frente La ciudad de Dios de San Agustín con Zaratustra de Nietzsche o El Capital de Marx.

Porque, queridos amigos, todas estas obras están conformes en un punto de amor a la humanidad y elevación del espíritu, y al final, todas se confunden y abrazan en un ideal supremo. Y ¡lectores!, ¡muchos lectores! Yo sé que todos no tienen igual inteligencias, como no tiene la misma cara; que hay inteligencias magníficas y que hay inteligencias pobrísimas, como hay caras feas y caras bellas, pero cada uno sacará del libro lo que pueda, que siempre le será provechoso y, para algunos, absolutamente salvador.

Esta biblioteca tiene que cumplir un fin social, porque si se cuida y se alienta el número de lectores, y poco a poco se va enriqueciendo con obras, dentro de unos años ya se notará en el pueblo, y esto no lo dudéis, un mayor nivel de cultura. Y si esta generación que hoy no aprovecha por falta de preparación todo lo que puedan dar los libros, ya lo aprovecharán vuestros hijos. Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.

…Os he explicado a grandes trazos el trabajo que ha costado al hombre llegar a hacer libros para ponerlos en todas las manos. Que esta modesta y pequeña lección sirva para que los améis y los busquéis como amigos. Porque ellos están mas vivos cada día, porque los árboles se marchitan y ellos están eternamente verdes y porque en todo momento y en toda hora se abren para responder a una pregunta o prodigar un consuelo. Y sabed, desde luego, que los avances sociales y las revoluciones se hacen los libros y que los hombres que las dirigen mueren muchas veces, como el gran Lenin, de tanto estudiar, de tanto querer abarcar con su inteligencia.

Que no valen armas ni sangre si las ideas no están bien orientadas y bien digeridas en la cabezas. Y que es preciso que los pueblos lean para que aprendan no sólo el verdadero sentido de la libertad, sino el sentido actual de la comprensión mutua y de la vida. Y gracias a todos. Gracias al pueblo, gracias en particular a la agrupación socialista que siempre ha tenido conmigo las mayores diferencias, y gracias a vuestro alcalde, don Rafael Sánchez Roldán, hombre benemérito, verdadero y leal hijo del trabajo, que ha adquirido por su propio esfuerzo ilustración y conciencia de su época, y merced al cual es hoy un hecho esta biblioteca pública.

Que esta biblioteca sirva de paz, inquietud espiritual y alegría en este precioso pueblo donde tengo la honra de haber nacido, y no olvidéis este precioso refrán que escribió un crítico francés del siglo XIX: <<Dime qué lees y te diré quién eres>>.

He dicho.

Septiembre de 1931